Cuando una agencia espacial selecciona una base de lanzamiento, no lo hace al azar. Detrás de cada ubicación hay un análisis minucioso que combina geografía, seguridad, eficiencia y logística.
Estas bases son el punto de partida de satélites, misiones tripuladas y exploración interplanetaria, por lo que su posición es clave para optimizar el rendimiento de cada lanzamiento.
Aprovechando la rotación de la Tierra
Uno de los factores más importantes es la ubicación con respecto al ecuador.
La Tierra rota a una velocidad de 1.670 km/h en el ecuador, generando un impulso natural que reduce la energía necesaria para alcanzar la órbita. Como la velocidad de rotación depende del radio terrestre, cuanto más cerca del ecuador, mayor es la velocidad de rotación, y por lo tanto mayor es el impulso orbital natural.
Por ello, bases como el Centro Espacial de Kourou en la Guayana Francesa son ideales para lanzamientos geoestacionarios.

Dirección y seguridad en el lanzamiento
Casi todos los cohetes se lanzan hacia el este para aprovechar la velocidad de la rotación terrestre. Sin embargo, esta dirección también debe ser segura, evitando que etapas desechadas caigan sobre zonas pobladas.
Bases como el Centro Espacial Kennedy (KSC) en Cabo Cañaveral, Estados Unidos, están ubicadas junto al Atlántico, lo que reduce el riesgo de accidentes en tierra.
Por otro lado, bases como Vandenberg Space Force Base en California están diseñadas para lanzamientos polares, que requieren una trayectoria hacia el sur sobre el océano Pacífico.

Factores climáticos
El clima también influye en la frecuencia de lanzamientos. Regiones con baja actividad de tormentas y condiciones meteorológicas estables permiten mejores ventanas de lanzamiento.
El Centro Espacial de Tanegashima en Japón se encuentra en una isla con climas favorables, maximizando las oportunidades de despegue.

Infraestructura y logística
Las bases de lanzamiento requieren una infraestructura avanzada: plataformas de ensamblaje, control de misión y transporte de componentes de cohetes.
El Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, es un ejemplo de una base con historia y una red logística consolidada desde la era soviética. Desde allí, partió Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, y la cápsula que transportaría a Yuri Gagarin, el primer humano en el espacio.

Bases flotantes: El futuro de los lanzamientos
El concepto de bases flotantes, como las plataformas marítimas de recuperación de SpaceX, permite mayor flexibilidad y seguridad.
Estas bases pueden ubicarse según las necesidades de cada misión, evitando restricciones geográficas, y minimizando el riesgo humano al recuperar lanzadores lejos de áreas pobladas.

Ciencia y estrategia espacial
Las bases de lanzamiento son mucho más que una simple plataforma de despegue o aterrizaje. Su ubicación responde a una combinación de física, seguridad y logística, optimizando cada misión espacial.
En un futuro cercano, podríamos ver nuevas estrategias, incluyendo bases avanzadas en el mar o incluso ubicadas en la Luna, para expandir nuestra exploración del universo.
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Base de Alcantara – AEB – Maranhão Brasil