La exploración de exoplanetas reveló una diversidad de mundos que desafían nuestra comprensión del cosmos. Te presentamos algunos de los exoplanetas más singulares descubiertos hasta la fecha.
WASP-127b: El ‘Júpiter caliente’ sin núcleo sólido
Ubicado a 522 años luz de la Tierra, WASP-127b es un exoplaneta gaseoso con un diámetro un 30% mayor que Júpiter (139.820 km), pero con una masa un 16% menor.
Este planeta carece de núcleo sólido y orbita muy cerca de su estrella, alcanzando temperaturas superiores a los 1.000 grados en su lado diurno. Su atmósfera presenta fuertes corrientes con vientos de hasta 33.000 km/h y contiene moléculas de vapor de agua y monóxido de carbono.
Estas características extremas proporcionan nuevas perspectivas sobre la formación de exoplanetas y la dinámica atmosférica.

Planetas errantes: Gigantes gaseosos sin estrella madre
El telescopio espacial James Webb identificó seis nuevos planetas errantes, incluyendo el más ligero detectado hasta ahora, con una masa cinco veces la de Júpiter.
Estos planetas no orbitan ninguna estrella y fueron encontrados en la nebulosa NGC1333, a mil años luz en la constelación de Perseo.
La presencia de un disco de polvo alrededor del más ligero sugiere una formación similar a la de las estrellas, ofreciendo información valiosa sobre la formación estelar y planetaria.

Gliese 667 Cf: Una supertierra en zona habitable
Gliese 667 Cf es una supertierra descubierta en 2013 que orbita la estrella Gliese 667 C, a 23,6 años luz de distancia. Con una masa de 2,7 veces la de la Tierra y un radio 1,4 veces mayor, es el planeta confirmado más pequeño potencialmente habitable encontrado hasta la fecha.
Su ubicación en la zona habitable de su estrella lo convierte en un candidato interesante en la búsqueda de vida extraterrestre.
Sistema TRAPPIST-1: Siete planetas rocosos con potencial de agua
El sistema TRAPPIST-1, situado a 40 años luz, alberga siete planetas con masas que oscilan entre 0,3 y 1,16 veces la de la Tierra.
Los planetas c y e son predominantemente rocosos, mientras que b, d, f, g y h podrían tener capas de agua en forma de océanos, hielo o atmósferas densas.
TRAPPIST-1e destaca por su densidad ligeramente superior a la de la Tierra, lo que indica una composición similar de roca y hierro.

Kepler-37b: El exoplaneta más pequeño conocido
Kepler-37b, descubierto por el telescopio espacial Kepler, es el exoplaneta más pequeño detectado hasta ahora, con un tamaño ligeramente mayor que la Luna.
Este hallazgo amplía nuestra comprensión de la diversidad de tamaños y tipos de planetas que existen en el universo.

WASP-121b: Atmósfera tridimensional con clima extremo
WASP-121b, también conocido como Tylos, es un Júpiter ultracaliente situado a 900 años luz.
Por primera vez, se mapeó su atmósfera en 3D, revelando vientos poderosos que transportan elementos como hierro y titanio, creando patrones climáticos complejos. Este descubrimiento abre nuevas oportunidades para estudiar la composición química y el clima de exoplanetas.

WASP-107b: Nubes de arena y vapor de agua en su atmósfera
Observaciones con el telescopio James Webb detectaron en la atmósfera de WASP-107b, un exoplaneta gaseoso cercano, vapor de agua, dióxido de azufre y nubes de arena de silicato.
Estas partículas residen en una atmósfera dinámica con un vigoroso transporte de material, proporcionando información crucial sobre la dinámica y la química de este exoplaneta.
Un universo de posibilidades
El estudio de estos exoplanetas extremos no solo nos permite comprender mejor los mecanismos de formación planetaria, sino que también desafía nuestras expectativas sobre los mundos que podrían albergar vida.
A medida que la tecnología avance, es solo cuestión de tiempo hasta que encontremos exoplanetas aún más extraños… o quizás, uno que se parezca peligrosamente a la Tierra.
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