Voyager 1 y 2, las misiones mรกs longevas y distantes de la NASA, se encuentran en la รบltima etapa de su extraordinario viaje.
Lanzadas en 1977 con el objetivo de explorar los planetas exteriores, estas sondas no solo cumplieron su misiรณn inicial, sino que se convirtieron en las primeras en aventurarse mรกs allรก del sistema solar.
Sin embargo, la fuente de energรญa que las ha mantenido operativas durante casi cinco dรฉcadas se estรก agotando, marcando el inminente final de su travesรญa.
De exploradoras planetarias a mensajeras interestelares
Originalmente, las Voyager fueron diseรฑadas para llevar a cabo el “Gran Tour Planetario“, una misiรณn ambiciosa que aprovechรณ una alineaciรณn favorable de los planetas exteriores para realizar sobrevuelos de Jรบpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Durante sus encuentros con estos mundos, capturaron imรกgenes y datos que revolucionaron nuestra comprensiรณn del sistema solar.
La Voyager 2 tuvo el privilegio de ser la รบnica sonda en la historia en sobrevolar Urano y Neptuno, proporcionando datos cruciales sobre sus atmรณsferas, campos magnรฉticos y sistemas de anillos.
Por su parte, la Voyager 1 se centrรณ en Titรกn, la enigmรกtica luna de Saturno, cuyas observaciones allanaron el camino para futuras misiones como Cassini-Huygens.
Cuando concluyรณ su misiรณn planetaria, ambas sondas adquirieron un nuevo propรณsito: explorar los confines del sistema solar y adentrarse en el medio interestelar.
La Voyager 1 cruzรณ la heliopausa en 2012, seguida por la Voyager 2 en 2018. Este hito se confirmรณ gracias a sus instrumentos, que detectaron una disminuciรณn en la influencia del viento solar y un aumento en la presencia de partรญculas galรกcticas, seรฑal inequรญvoca de que habรญan dejado atrรกs la burbuja protectora del Sol.

El poder de la energรญa nuclear
La extraordinaria longevidad de las Voyager se debe a su sistema de energรญa.
A diferencia de otras sondas que dependen de paneles solares, inutilizables a grandes distancias del Sol, las Voyager estรกn equipadas con generadores termoelรฉctricos de radioisรณtopos (RTG). Cada sonda cuenta con tres RTG que utilizan la desintegraciรณn del plutonio-238 para generar electricidad.
Estos generadores contienen un total de 4,5 kg de รณxido de plutonio-238, cuyo proceso de decaimiento libera partรญculas alfa. La energรญa tรฉrmica generada se convierte en electricidad mediante termopares, proporcionando una fuente de energรญa confiable pero decreciente.
Debido a la vida media del plutonio-238 โde casi 90 aรฑosโ, la capacidad de generaciรณn elรฉctrica se ha reducido significativamente desde el lanzamiento, obligando al equipo de misiรณn a administrar cada vez con mรกs cuidado los recursos disponibles.

El ocaso de las Voyager
Con el paso de los aรฑos, la disminuciรณn de energรญa ha llevado al apagado progresivo de varios instrumentos cientรญficos.
En octubre de 2023, la NASA desconectรณ el instrumento de ciencia del plasma de la Voyager 2, utilizado para medir รกtomos cargados en su entorno. Su equivalente en la Voyager 1 ya habรญa dejado de funcionar en 2007.
Actualmente, ambas sondas operan con solo cuatro instrumentos activos, entre ellos un magnetรณmetro y detectores de rayos cรณsmicos.
Aunque no hay una fecha exacta para el final de la misiรณn, se estima que en la prรณxima dรฉcada las Voyager perderรกn por completo su capacidad de comunicaciรณn.
Cuando esto ocurra, continuarรกn su viaje silencioso a travรฉs del espacio, llevando consigo el Disco de Oro, un mensaje interestelar con sonidos e imรกgenes de la Tierra, destinado a posibles civilizaciones extraterrestres.

Las Voyager desafiaron el tiempo y las expectativas, convirtiรฉndose en sรญmbolos de la exploraciรณn humana y la bรบsqueda de lo desconocido. Aunque su energรญa se apaga, su legado seguirรก vivo en la historia de la exploraciรณn espacial.
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