En una de las noticias del año, la empresa Colossal Biosciences ha logrado lo inimaginable: el lobo huargo ha vuelto a la vida.
Esta especie de lobos blancos, que alguna vez vagó por un área que se extendía tan al sur como Venezuela y tan al norte como Canadá, desapareció hace más de 10.000 años.
Sin embargo, gracias a los restos descubiertos de esta especie, Colossal Biosciences logró que tres cachorros de lobo huargo nazcan (Romulus y Remus en la foto).
Con 6 meses de edad, ambos cachorros ya miden casi 1,2 metros y pesan 36 kg. Sin embargo, podrían crecer hasta 1,8 metros y pesar casi 70 kg.
Los cachorros, fotografiados por TIME, se encuentran en un campo cercado en una instalación de vida silvestre de EE.UU. Su ubicación permanece en secreto para proteger a los animales.
¿Cómo lo logró Colossal?
La empresa descifro el genoma del lobo huargo, reescribió el código genético del lobo gris común para que coincidiera con él y, utilizando perros domésticos como madres sustitutas, trajeron al mundo a Rómulo, Remus y su hermana, Khaleesi, de 2 meses.
Pero el lobo huargo no es el único animal que Colossal, que se fundó en 2021 y actualmente emplea a 130 científicos, trajo de vuelta.
En marzo, la compañía confirmó que había copiado ADN de mamut para crear un ratón lanudo, una criatura quimérica con el pelaje largo y dorado y el metabolismo acelerado de la grasa del mamut.
Además, la empresa busca traer de vuelta al mamut lanudo, el dodo, el tilacino y el tigre de Tasmania.
¿Qué muestras utilizó Colossal?
Al igual que otros cánidos, un lobo tiene unos 19.000 genes. Por su parte, los humanos y los ratones tienen alrededor de 30.000.
Pero la creación de los lobos huargos requirió hacer solo 20 ediciones en 14 genes en el lobo gris común. Esos ajustes dieron lugar a una serie de características, incluidas el pelaje blanco de Rómulo y Remo, un tamaño más grande, hombros más poderosos, cabeza más ancha, dientes y mandíbulas más grandes, patas más musculosas y vocalizaciones características.
El genoma del lobo huargo analizado para determinar cuáles eran esos cambios se extrajo de dos muestras antiguas.
Por un lado, se utilizó un diente de 13.000 años de antigüedad encontrado en Sheridan Pit, Ohio. Por el otro, un hueso del oído de 72.000 años de antigüedad desenterrado en American Falls, Idaho.

Un proceso especial
La clonación generalmente requiere cortar una muestra de tejido de un animal donante y luego aislar una sola célula.
A continuación, se extrae el núcleo de esa célula, que contiene todo el ADN del animal, y se inserta en un óvulo al que se le ha extirpado el núcleo.
Se permite que ese óvulo se convierta en un embrión y luego se implanta en el útero de una madre sustituta. El bebé que resulta de eso es un duplicado genético exacto del animal donante original.
Esta es la forma en que se creó el primer animal clonado, Dolly, en 1996. Desde entonces, cerdos, gatos, ciervos, caballos, ratones, cabras, lobos grises y más de 1.500 perros han sido clonados utilizando la misma tecnología.
Sin embargo, el trabajo de Colossal con lobos huargo adoptó un enfoque menos invasivo, aislando células no de una muestra de tejido de un lobo gris donante, sino de su sangre.
Las células que seleccionaron se conocen como células progenitoras endoteliales (EPC), que forman el revestimiento de los vasos sanguíneos.
Luego, los científicos reescribieron los 14 genes clave en el núcleo de la célula para que coincidieran con los del lobo huargo. Pero no se empalmó el ADN de un antiguo lobo huargo en el genoma del lobo gris.
A continuación, el núcleo editado se transfirió a un óvulo desnucleado. Los científicos produjeron 45 óvulos modificados genéticamente, a los que se les permitió convertirse en embriones en el laboratorio.
Esos embriones se insertaron en los úteros de dos mezclas de sabuesos sustitutos, elegidos principalmente por su salud general y, no insignificantemente, por su tamaño, ya que darían a luz a cachorros grandes.
En cada madre, un embrión se afianzaba y procedía a un embarazo a término. (Ningún perro experimentó un aborto espontáneo o muerte fetal).
El 1 de octubre de 2024, las madres sustitutas dieron a luz a Rómulo y Remo. El 30 de enero de 2025, otra perra dio a luz a Khaleesi.

Colossal va por más
Los ratones lanudos se gestaron rápidamente, apareciendo en el mundo después de un embarazo de 20 días. Por su parte, los cachorros de lobo tardaron solo 65 días en nacer. Sin embargo, el proceso para para producir un mamut lanudo será mucho más largo.
Esto se debe a que los elefantes asiáticos, los parientes sobrevivientes más cercanos del mamut lanudo extinto, requieren 22 meses, el período de gestación más largo de cualquier mamífero.
Además, esta transformación genética implicará incluso más modificaciones que las que crearon a los lobos. Se estima que habrá que editar unos 85 genes diferentes.
Pero, al igual que con los lobos, no se empalmará el ADN de un mamut antiguo en el genoma del elefante. En realidad, los genes del elefante simplemente se reescribirán para que coincidan con los del mamut.
Hasta el momento, Colossal ha editado 25 de esos genes y está en camino de que los embriones estén listos para la implantación a fines de 2026. Se espera que nazca una cría en 2028.
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