Astrónomos del Reino Unido identificaron un sistema estelar doble tan extremo que su destino final será una explosión termonuclear cuádruple sin precedentes. El hallazgo se basa en datos obtenidos por cuatro telescopios terrestres y fue publicado en Nature Astronomy.
Las protagonistas son dos enanas blancas, residuos estelares increíblemente densos que orbitan entre sí a una distancia ínfima. Están ubicadas a apenas 160 años luz de la Tierra, en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. En términos astronómicos, eso es prácticamente el patio de casa.
Qué es una enana blanca y por qué importa
Cuando una estrella como el Sol agota su combustible, entra en una etapa de expansión como gigante roja, pierde sus capas exteriores y colapsa sobre sí misma. Lo que queda es un núcleo extremadamente denso, del tamaño de la Tierra, conocido como enana blanca.
Estos objetos pueden ser hasta ocho veces más masivos que nuestro Sol en sus etapas previas, pero su tamaño final se reduce a unos pocos miles de km de diámetro. Esa compresión los convierte en algunos de los objetos más densos del universo.
El sistema más compacto y pesado jamás visto
El sistema identificado se destaca por dos razones: es el binario de enanas blancas más masivo conocido y, al mismo tiempo, el que tiene la órbita más cerrada.
Una de las estrellas tiene el 83% de la masa del Sol y la otra, el 72%. Sin embargo, ambas apenas superan el tamaño de nuestro planeta.
“Están a sólo 25 veces la distancia entre Mercurio y el Sol, completando una órbita en 14 horas”, explicó James Munday, investigador en la Universidad de Warwick y autor principal del estudio.
Esa cercanía extrema está condenando al sistema a una muerte explosiva, aunque lejana en el tiempo.
La receta de una supernova de tipo Ia… por cuatro
Cuando la enana blanca más masiva comience an absorber materia de su compañera, cruzará un umbral de masa crítica que desatará una serie de explosiones en cadena.
Este proceso es lo que los astrónomos llaman una supernova de tipo Ia. Sin embargo, en este caso será mucho más compleja: una detonación cuádruple.
“Las enanas blancas tienen estructura en capas, como una cebolla”, explica la astrofísica Ingrid Pelisoli, también de Warwick. “Primero explotará la capa de helio de la más masiva. Esa explosión generará una onda de choque que prenderá fuego el núcleo de carbono y oxígeno. Luego, el impacto desencadenará dos explosiones más en la segunda enana blanca, primero en su helio, luego en su núcleo”.
Todo el proceso tomará apenas cuatro segundos. Pero no hay que alarmarse: este evento sucederá dentro de 22.600 millones de años.
Para entonces, si la Tierra aún existe, la explosión será diez veces más brillante que la Luna llena en el cielo nocturno.
Las dos enanas blancas: Un descubrimiento único con final inevitable
Es la primera vez que se detecta un sistema binario que evoluciona hacia una detonación múltiple con tanta claridad.
De haber estado en una órbita más amplia, ambos objetos podrían haber vivido “en paz”, orbitando eternamente sin interactuar. Pero esta cercanía gravitatoria las condenó.
“En una órbita más lejana podrían haber sobrevivido sin una muerte catastrófica, pero ahora sabemos que van a iluminar este rincón de la galaxia con una explosión descomunal”, concluyó Munday.
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