Radha Plumb, ex jefa de tecnología digital del Pentágono, advierte que sin una acción urgente, Estados Unidos podría perder su liderazgo tecnológico frente a China.

El liderazgo tecnológico global de Estados Unidos en riesgo

Según Radha Plumb, ex directora digital y de IA del Departamento de Defensa de la administración de Biden, la potencia norteamericana atraviesa momento decisivo.

Estados unidos debe acelerar la adopción y despliegue de tecnologías emergentes si se quiere mantener una ventaja frente al crecimiento tecnológico, económico y militar de China.

Plumb participó recientemente en una cumbre sobre tecnología en la Universidad Johns Hopkins. Allí, subrayó la necesidad de construir un ecosistema integrado donde proveedores de servicios en la nube, desarrolladores de infraestructura y organismos federales trabajen en conjunto. “Todos estos componentes tienen que actuar como un sistema coherente”, remarcó.

Un sistema fragmentado y lento

Uno de los principales obstáculos, según la ex funcionaria, es la lentitud del gobierno federal para adquirir y escalar nuevas tecnologías. “No tenemos buenos modelos para hacer crecer estas capacidades a gran escala”, explicó.

Además, alertó que el tiempo podría estar jugando en contra: “Estamos en un punto crítico, y a veces temo que lo estamos dejando pasar”.

Plumb usó como ejemplo el despliegue global del 5G. Más allá de la infraestructura de red, destacó que su impacto también depende de las aplicaciones que se desarrollen sobre esa base tecnológica.

En ese contexto, fue categórica: si las soluciones provienen exclusivamente de empresas o del gobierno chino, la ventaja estratégica quedará del otro lado del mundo.

“Eso significaría que usaríamos redes 5G de Huawei, con dispositivos Huawei y aplicaciones DeepSeek, mezclando nuestros datos con los datos chinos. No es un ecosistema que favorezca a Estados Unidos ni a sus aliados”, advirtió.

La necesidad de actuar con rapidez para mantener el liderazgo estadounidense

En el Congreso ya se tomaron medidas para limitar la presencia de empresas como Huawei y ZTE en el país.

En 2020 se creó un programa de “desmontaje y reemplazo” para compensar a proveedores que eliminen dispositivos fabricados por esas compañías. Sin embargo, los fondos asignados resultaron insuficientes para cubrir las necesidades reales del sector.

Más allá de las redes, el uso de herramientas de IA en conflictos bélicos recientes demostró la urgencia de actuar.

Plumb mencionó el caso de Ucrania, donde drones de bajo costo con explosivos están siendo utilizados con gran eficacia para enfrentar la invasión rusa. Para ella, la clave no es solo invertir más, sino acelerar el ciclo completo: desde la necesidad operativa hasta las pruebas en campo y el despliegue final.

“Se necesita un ciclo iterativo mucho más ágil que lleve la necesidad del campo a la tecnología, luego al testeo y de nuevo a las manos de quienes la usan en combate. Cuanto más rápido se complete ese ciclo con tecnologías reales, más rápido se logra la innovación”, sostuvo.

Riesgos de una regulación mal diseñada

Finalmente, Plumb advirtió sobre el impacto negativo que podría tener una política federal inconsistente en materia de inteligencia artificial. Un enfoque demasiado permisivo o, por el contrario, excesivamente restrictivo, podría perjudicar el desarrollo responsable de estas capacidades.

Según explicó, una regulación sin controles claros permitiría un uso indiscriminado de los datos, mientras que una regulación demasiado estricta podría empujar el desarrollo de IA hacia la clandestinidad o frenar su adopción por completo.

“Necesitamos un equilibrio pragmático que permita avanzar sin perder de vista la seguridad y la ética”, concluyó.

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