China se prepara para llevar la fabricación espacial a un nuevo nivel. En 2028, la misión Chang’e 8 empleará impresión 3D para producir ladrillos a partir de regolito lunar. Este avance forma parte del ambicioso plan chino para establecer la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS).

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Las misiones chinas Chang’e que explorarán el polo sur de la Luna, animadas por space.com.

Fabricar en la Luna, sin traer materiales desde la Tierra

Llevar carga útil al espacio es extremadamente costoso, y aún más si se trata de misiones lunares. Por eso, el uso de recursos disponibles directamente en la superficie lunar —una estrategia conocida como utilización de recursos in situ— es clave para reducir costos y aumentar la viabilidad de futuras construcciones.

“Desarrollamos el primer sistema del mundo capaz de fabricar ladrillos con regolito lunar”, anunció Wu Weiren, diseñador jefe del programa de exploración lunar chino, en declaraciones a la televisión estatal CCTV.

Este sistema capta la energía solar y la transmite mediante fibra óptica. Al concentrar la luz del Sol, alcanza temperaturas entre 1400 y 1500 grados Celsius, suficientes para fundir el regolito. El material fundido se moldea con tecnología de impresión 3D en bloques con distintas formas y dimensiones. Todo ello, sin necesidad de transportar agua ni otros insumos desde la Tierra.

Un ensayo en órbita: los primeros ladrillos ya están en el espacio

Antes de imprimir en la Luna, China está probando ladrillos fabricados con simulantes de suelo lunar en su estación espacial Tiangong. Estas muestras se enviaron al espacio en noviembre de 2024, para evaluar su resistencia en condiciones espaciales extremas, incluyendo radiación cósmica, vacío y fluctuaciones térmicas significativas.

Se espera que las pruebas duren entre uno y tres años. En principio, se planea que los ladrillos sean retornados a la Tierra a finales de 2025 para análisis adicionales.

Rumbo a la Luna: una campaña espacial en expansión

China viene desarrollando un sólido historial en misiones lunares. Desde orbitadores, módulos de aterrizaje y rovers, hasta retornos de muestras, como el reciente éxito de Chang’e 6, que trajo material desde el lado oculto de la Luna.

Con cada paso, la potencia oriental afianza su protagonismo en la carrera espacial y avanza con firmeza hacia su objetivo de llevar astronautas a la superficie LUNAR antes de 2030.

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